Dos adversarios arropados por los aviones

Dos adversarios arropados por los aviones

En plena Guerra Civil Española los dos bandos luchan por la zona del Jarama, empleando todas sus fuerzas: caballería e infantería, aviones y tanques.

Las plantas se movían por los movimientos de los soldados encogidos para evitar ser vistos. Dos grupos bien diferenciados por sus ideologías se acercaban a la zona del rio Jarama, un escenario que sería protagonista de un ataque moderno e importante para la historia por el uso de todas las fuerzas militares.

El rio grande y caudaloso que vestía de espuma y barro rodeado por una zona vegetal frondosa, florecería una atmósfera perfecta para camuflar todas las armas. Entre las sombras se descubrían los cascos militares que acechan a sus contrarios, andaban vestidos con botas marrones que corrían de forma continuada, unos detrás de otros. La batalla dejaba el ambiente cargado, con tonos grises y un denso humo que salían de la boca de los cañones primero de un color blanco y acabando en un matiz grisáceo al colisionar sobre su objetivo.

La batalla dejaba el ambiente cargado, con tonos grises y un denso humo.

Las operaciones se iban repitiendo día tras día por los bandos franquistas y republicanos, se comunicaban por radio móvil instalada en un camión. Los militantes cruzaban el oscuro rio para seguir aumentando el terreno de la batalla, dejando a su paso imágenes oscuras y negras, colores que identifican la guerra.

El gran protagonismo de este ataque

La ofensiva distintiva se producía en el espacio aéreo que seguiría dividido por las dos partidas: la Legión Cóndor la más famosa aviación por parte del bando franquista y la Gloriosa de la navegación republicana. Ambos aeroplanos realizaban técnicas con piruetas que giraban de un lado a otros. Otras aeronaves lanzaban poderosas bombas que bajaban para encontrarse con los adversarios.

Los aviones realizaban técnicas con piruetas que giraban de un lado a otros.

Se observaba a gente correr mientras que eran disparados por el resto de sus enemigos, resultando bajas entre ellos, los más fuertes ayudaban a arrastrar aquellos que resistieron pero que fueron fuertemente heridos.

Algunos de sus compañeros se colocaban en montones para ir más rápido a la hora de recargar los cañones y ametralladoras, otros decidieron ir defendiendo con las granadas pesadas. Y los más ágiles se refugiaban en distintos cúmulos de arena, corrían junto a sus fusibles y con una pequeña cartera donde guardaban sus balas.

Un importante aliado soviético

Los caños que venían concernían de gran calibre, sonaban de manera fuerte dejando un camino intenso blanco desde el disparo. Por el gran esfuerzo que hacían obligaban a los soldados a apretujar con fuerza para evitar que se echarán para atrás y salieran rodando por la ladera. Los últimos en aparecer serían los tanques soviéticos que comparecían por parte del bando franquista con alta calidad y potencia, conducirían sus ruedas gigantes para atacar al otro bando acompañados por los soldados franquistas. Esta batalla quedo sin tener un claro desenlace, pero la guerra tuvo un vencedor.